jueves, 26 de enero de 2012

PANTERA “Cowboys From Hell” (1990, Thrash Metal)


Si tenés menos de 25 años acaso te cueste entender esta review. Por ende además de hablar de este disco – sin lugar a dudas un álbum importante en la historia del metal – trazaré paralelismos y datos biográficos. ¿Cómo descubro a la banda?. A la salida de este disco, un día estando en la disquería Excalibur. No le dí bola, pero luego un conocido me lo grabó a cassette y a mis 19 años sí me pegó y les confieso: lo gasté. El thrash tradicional se iba en picada y de repente me encuentro con estos cuatro tipos que tenían unos machaques interesantes, un vocalista muy aguerrido y composiciones con melodía pero a la par agresivas. Y “Groove” como le dicen ahora (No en esa época). Lo mismo me pasó con el disco siguiente (Ya saben cual es), mi ansiedad era verlos en vivo aquí en Buenos Aires ya que en ese momento las visitas internacionales empezaban a full. Diciembre de 1993, tres Obras. Voy al último y me encontré con una banda desganada y que sonaba a bola de ruido total (Muchos diferirán conmigo, pero casi 18 años después sigo pensando lo mismo). Ahí se me pinchó el globo del fanatismo. Vino KISS en 1996 a River (cuando decidieron llamar a Ace/Peter) y ellos los telonearon: más de lo mismo que vi en el 93 y para colmo casi más vuelan el sistema de amplificación – hubo antes de eso un zumbido que casi más nos deja sordo a todos de por vida - dejando un desperfecto que hizo que KISS sonara mucho más bajito que ellos. ¿A que voy con todo esto?. Que con los años, uno va viendo a una banda desde una perspectiva diferente. En 1991 Pantera me parecía una aplanadora, diez años después me parecieron aburridos y un tiempo después me entero de una banda de thrash que no había escuchado - vecinos de ellos - llamados EXHORDER. No es idea hacer polémica aquí pero Pantera previamente hacía un hard rock a lo Kiss/Van Halen, con la entrada de Anselmo a la banda adoptaron un estilo sospechosamente similar a la banda mencionada (Review de su primer disco disponible en el blog) además de ser el tipo que realmente trajo las influencias pesadas/extremas a la banda. Pero “Cowbows…” tiene energía a granel y los tipos realmente tenían viento a favor por todos lados. Es que se reinventaron en el momento y lugar justo. Y la pegaron. Temas cabalgantes (“Heresy”, uno de mis favoritos) otros con Diamond Darrell (RIP) inspirado como el tema título, “Primal Concrete Sledge”, “The Art Of Shredding” y “Domination” (¡Que machaques demoledores en su parte final!). No puedo negar que me gustan esos temas y se nota que pasión tenían al grabarlos. Y de yapa les metieron el mejor productor posible: Terry Date. Y salieron por ATCO, una subsidiaria de Atlantic, que les editó si la memoria no me falla dos videos y les lanzó un VHS (Me siento un viejo choto hablando de ese formato) respaldando el lanzamiento. “Cemetary Gates” es un amague de balada y otra composición excelente en donde Anselmo demuestra que si quiere puede cantar además de dejar la garganta prendida fuego. 


 El resto de los temas (Doce en total en 58 minutos aproximadamente) se la bancan y no hay rellenos. ¿Qué carajo me pasa con este disco se preguntarán?. Es como cuando estuviste enamorado de una mina un par de años y ella te cortó un día. Y quedaste chamuscado, cabzbajo y meditabundo. Luego te enteraste que tu ex novia tenía ciertas características que de más viejo no te cerraban. Aquí viene lo más sincero pero a la vez duro: Pantera fue sin dudas un soplo de aire… pero el thrash estaba en coma, el metal tradicional no andaba inspirado. Los medios y los fans – a MI entender – sobredimensionaron todo y se armó una bola de nieve con Pantera. A no dudarlo, este disco es muy bueno pero en lo personal me marcó mucho descubrir a sus thrashers vecinos que ya mencioné y estaban practicando el mismo estilo. A su vez me llama la atención de cómo pego mucho más en la gente de treinta para abajo cuando los escucharon más tarde, y otros casos de tipos de mi edad que fueron perdiendo el interés hacia ellos. La banda tuvo sus problemas con las drogas y tensiones internas hicieron que para el 2001 pararan. Lamentablemente para sus fans, Pantera se separó/quedó parada y su violero en una banda que conformó con su hermano (El batero Vinnie Paul) un 8 de Diciembre fue asesinado por un enfermo mental que le descargó casi una decena de disparos luego de subirse al escenario. Volviendo a “Cowboys…” me quedo con los lindos recuerdos de cuando eras feliz con tu ex, con esos machaques de Dime y buen gusto, la personalidad de Philip Anselmo y ese sonido tan interesante para mis oídos. ¿Renovador?.Paso. Pero significó mucho para mí en esos años y para quienes me escribieron preguntándome o pidiendo algo de Pantera acaso aquí esté la respuesta. Mientras cierro la review me encuentro encontrando el disco y me sigue invadiendo la nostalgia por la garra que sentía cuando escuché. Ahora… ni fu ni fa. Pero sin dudarlo, un álbum histórico para el género. 

Calificación: 8/10

miércoles, 25 de enero de 2012

IMMOLATION "Providence" (EP, 2011, Death Metal)




El death metal norteamericano surgió gracias a una camada de bandas que escuchaban Slayer y otras bandas del thrash más aguerrido como Dark Angel, Possessed, más lo más bardero de Europa (Kreator, Sodom y Destruction). Algunas de ellas obtuvieron reconocimiento y otras lamentablemente no. Immolation es el ejemplo más representativo para mí de una agrupación que siempre sacó desde demos hasta discos demoledores sin jamás bajar un gramo de pesadez y brutalidad, y no obtener la debida atención de los fans del estilo. Para colmo siempre reconocida por sus colegas (Preguntenle a "Corpsegrinder" de Cannibal Corpse si no). Pasan los años y los tipos siguen pareciendo una de esas bolas de demolición que pega en la pared y la hace pelota. Con Morbid Angel entregando la corona tras su bochornoso último trabajo en donde se desentienden del "metal muerto", Immolation hereda el trono a mi entender. Estos tipos son además oscuros y pesados como nadie, tiran riffs asesinos que se repiten adrede para taladrarte el marulo de placer. Y lo hacen como nadie.


Este EP sigue esas premisas, son cinco temas que te rompen bien el culito y muestran que no tienen el mínimo interés de cambiar su propuesta. ¿Para qué si así les funciona espectacular?. ¿Para qué si sus fans disco tras disco festejan este tipo de masacre sonora?. Sería cagarse en ellos meter samplers o baterías programadas. Ross Dolan, Robert Vigna así lo entienden bien y con temas como "Providence", "What They Bring" y el interesante "Illumination" te confirman algo que es una fija: Immolation no está a la venta y se caga en las experimentaciones. A esta altura y como fan del género, hace que le aumente la calificación por la actitud, compromiso y lealtad hacia su público. ¡Que la providencia te haga durar más años de los que ya has estado pariendo música salida del infierno, Immolation!

Calificación: 9/10

sábado, 21 de enero de 2012

QUEENSRYCHE “The Warning” (1984, Heavy Metal)


Ya en varias reviews mencioné la calidad de bandas de todo género que parió la ciudad de Seattle. El Maestro Jimi Hendrix, Heart, Metal Church, Alice In Chains… y en los ochentas estos cinco adolescentes que en 1982 llamaron la atención con un EP autotitulado que desnucó a los que vivieron esa época. En lo personal descubro a la banda con su mejor disco comprado en cassette nacional allá por 1988 (“Operation: Mindcrime”), pero luego me fui armando de todo lo que venía debajo. Este es su primer álbum oficial, y es mínimo, descomunal. Heavy metal muy influido por Iron Maiden, Judas Priest, algo de Thin Lizzy en ciertas violas, pero todo hecho de una forma un tanto propia con una grandilocuencia y pompa que ARROLLA. El principal responsable es el perfecto vocalista Geoff Tate (Uno de los mejores vocalistas agudos del metal, a no dudarlo), y el resto se basa en composiciones que tienen arreglos sorprendentes e insusuales para la época. Imaginen un metal aguerrido, pero bien ejecutado, serio, y con “pompa” (Repito). Son nueve temas que van desde temas más intensos (Las enormes “NM 562”, “Before The Storm” y “Deliverance”) otros más tradicionales como “Child Of Fire” o “Warning”, y acústicas para dar un poco de respiro en “No Sanctuary” y “Roads To Madness”. 


No me canso de escuchar este disco y era una asignatura pendiente comentarlo (Como otros de esta banda que faltan) ya que la banda en cuestión me parece enorme tanto en lo que escuché como en lo que ví en vivo (En el Estadio Obras y en un Monsters Of Rock en Ferro). Obviamente al haber tanta calidad en los músicos – los otros cuatro son ejecutantes de la puta madre, destacándose el batero Scott Rockenfield – era lógico que este en retrospectiva fuera el punto de partida para un sostenido despegue en calidad para el grupo. El reconocimiento posta lo tendrían un par de años después, costó que los fans asimilaran la propuesta ya que lo que mandaba en esos momentos tanto en el hard rock como en el thrash era mucho más “directo”, lo importante es que recibieron el merecido éxito y es una banda sumamente respetada en todo el ambiente dado a la seriedad de los músicos desde su calma, introversión, y tratar en las letras temas más interesantes que andar con minas en el auto en pedo, o masacres masivas de personas. Todo esto los transformó en una banda única, y como digo yo, un “lobo solitario”. De todos modos no me den mucha bola y por favor no dejen de escuchar uno de los mejores discos debut de la historia del metal. 

Calificación: 9/10

lunes, 16 de enero de 2012

SEPULTURA “Beneath The Remains” (1989, Thrash Metal)



Primera review (y muy adeudada, no se por qué mierda estoy escribiendo esto en Enero de 2012) del cuarteto de Belo Horizonte que puso a Brasil en el mapa del metal y logró realmente crear una suerte de “culto” con sus primeros trabajos con influencias de Possessed, Venom, Celtic Frost, Kreator, para tirar un puente musical en “Schizophrenia”, en donde el thrash era asesino pero iba definiendo el perfil del grupo. Al ser la primera review de “Los Jungle Boys” (Chicos de la jungla, como los llamaban los Yankees) voy a hacer un poco de “biografía”. ¿Cómo los descubrí?. En 1990 gracias al extinto programa “Heavy Rock And Pop”, con un tema de este disco que me desintegró a las dos de la mañana. Max Cavalera ya miraba hacia “el norte” y no se conformaba con jugar de local, procede a viajar para Nueva York con el objetivo de buscar sello que se interesara en ellos. Picó Monte Conner de Roadrunner al recibir una copia del mencionado segundo disco (Que luego relanzó) y empezó la espiral ascendente de Sepultura - agrego yo - potenciada por ser una banda que estuvo en el lugar justo en el momento exacto. La gente se estaba cansando un tanto del thrash tradicional lo cual favoreció a propuestas más agresivas y a lo que luego conformaría la primera camada de death metal. Roadrunner lo sabía (Por algo también casi en simultáneo contratan a Obituary y más tarde a Deicide, etc…), y estaba dispuesta a afrontar el desafío de costear a una banda que grababa su tercer disco en pleno verano de Río de Janeiro mandándoles en un avión un productor que luego se volvería tremendamente solicitado. Si, el señor Scott Burns. Las historias cuentan que la gesta de este disco fue caótica, desde el pobre Burns robado en Brasil, un hotel de mala entraña para toda la banda, y las grabaciones nocturnas que en una pequeña parte se debieron terminar en Estados Unidos (Max viajó allá para terminar voces y supervisar mezcla). Todo este clima caluroso, tenso, y de contramarchas les debe haber jugado muy a favor porque “Beneath The Remains” es descomunal. Agarraron la influencia Slayer y empezaron a buscar sonar especiales, tal vez mechando con algo del Metallica de “Ride The Lightning”. 


 Nueve bombazos con títulos de temas cortos (El inglés de Cavalera y el del resto de la banda era muy precario y básico), y un Igor Cavalera en la batería que demolía parches a lo Dave Lombardo. Ese tempo prevalece en buena parte del disco y lo tensa mechándolo con machaques acelerados de violas. Insisto en que lograron crear algo propio pero con influencias totalmente reconocibles lo cual les dio mérito, sumado al interés internacional de “¿Quiénes corno son estos cuatro sudamericanos que tocan así?”. La voz enojada de Max (Sin ser death pero rugiendo de una forma tremenda) sumaba más bardo y sus violazos con Andreas Kisser cerraban el círculo. No podés ser indiferente al palerismo del tema título y el de “Slaves Of Pain” (Lo escucho veinte años después y me sigue haciendo transpirar), “Lobotomy”, y temas más lentos (no se esperen nada doom desde ya) como “Mass Hypnosis” e “Inner Self”. ¿Un consejo si no escuchaste este disco?. Hacelo de corrido y creo que se va a percibir bien el grado de agresión y hambre de gloria (No Cavalera por favor, no confundir, chistonto) que estos pibes tenían. Se querían llevar al mundo y a todos por delante, con este disco lo lograron. Algunos osaron comparar la banda con Slayer, lo cual traería cierta dialéctica en los medios entre los dos grupos. La influencia es marcada pero esto no es “Reign In Blood” ni Max es Tom Araya. Lo inevitable: la banda explotó, empezaron las giras internacionales, y el disco vendió muy bien. Se iban para arriba tras años de perseverancia y moldear su estilo musical. Disco imprescindible si te gusta el thrash metal, y si sólo te gusta el metal, igual es de obligatoria audición. 

Calificación: 9/10

domingo, 15 de enero de 2012

METAL CHURCH “Metal Church” (1985, Speed/Thrash Metal)


 Ya de entrada la etiqueta de rigor es dificil, por ende la banda va a ser especial. Porque este quinteto de Seattle (¿Hace falta enumerar la cantidad de talentos musicales que surgieron allí?) fue un caso muy especial. Buena parte de los temas que están en esta “Iglesia del Metal” fueron registrados en demos que van de 1981 a 1984, y el lanzamiento de este disco se dio en plena explosión thrasher norteamericana cuando Metallica, Megadeth, Slayer, Exodus y Anthrax como cabecera de playa empezaban a mostrar sus colmillos. Estas cinco bandas – en diferentes matices – tenían una propuesta más agresiva y más focalizada al género. Metal Church era más “musical” en el buen sentido de la palabra acusando una GRAN influencia del heavy metal europeo (Judas Priest, Accept, Iron Maiden a la cabeza) más algunos guiños a lo que hacía Metallica. Esto hacía que fueran contundentes, con retención de la melodía y lograr composiciones interesantes. Nueve temas y un impecable cover de Deep Purple a toda velocidad (Highway Star). Cinco músicos muy buenos, destacándose la espectacular voz de David Wayne (R.I.P.) que era como un Udo Dirkschneider más melódico y el tándem de violas de Kurdt Vanderhoof/Craig Wells.


¿Metal?, ¿Speed?, ¿Thrash?. No importa. Ponele un poco de cada medida más temas muy bien compuestos y ejecutados como “Beyond The Black”, el comienzo hiper oscuro del tema título (Mete cagazo, y las dos violas en el primer minuto son pura MAGIA), la espectacular amagada de balada que es “Gods Of Wrath”, un instrumental en donde ponen el pié en el acelerador un tanto (“Merciless Onslaught”), y la DESCOMUNAL “Batallions” con riffs melódicos a la par de demoledores, velocidad, y un clima épico, a mi criterio lo mejor de este disco. Producido por la banda y Terry Date (El tipo luego produciría a Over Kill, Pantera, Dark Angel y la lista se puede seguir bastante más), es el disco preferido por muchos fans y el sonido es crudo, levemente “bajo” en el resultado final pero no empaña los logros que “Metal Church” suma. En mi caso empecé por el segundo disco – a mi criterio un peldaño arriba – pero no puedo negar todo el metal, violas con melodía e intensidad y esa gran garganta que fue David Wayne. Sin él este álbum no hubiera sido lo mismo. El resto, tenemos a cinco pibes prendidos fuego, pero con el norte más apuntando al metal tradicional (Imaginate la velocidad del Judas Priest más a las chapas como referencia cuando hablo de “rápido”) y con muy poco de thrash (Apenas algunos machaques dispersos y cortes). Atlantic se avivó de que había talento y editó un álbum que sin dudarlo, es un clásico (oculto) del heavy metal de los ochentas.

Calificación: 8/10