lunes, 13 de agosto de 2007

BLOOD FEAST "Kill For Pleasure" (1987, Thrash Metal)


La primera vez que leí algo sobre la banda fue en una revista “Metal” de los ochentas en donde adelantaban sobre lo furioso y feroz que era el sonido de esta agrupación. Allá por 1995 lo encontré de milagro en la vieja disquería Rainbow y lo compré... a sólo cinco dólares. Eran épocas en donde ciertos ítems de bandas de sellos independientes - este era un caso - se conseguían a precios irrisorios (Repito: cinco dólares) si revolvías bien las bateas.

Y así pasó a ser uno de los items más jodidos de mi colección puesto que el que compré no se trataba de un “remaster” ni un relanzamiento (como algunos de los CDs de thrash que poseo de esa época) sino que pertenecía a la primera tirada que se hizo de este álbum en CD luego de que fuera lanzado solamente en vinilo y cassette.

Volví corriendo a casa junto a un amigo que me había acompañado y lo puse en mi equipo. Apenas explotó “Menacing Thunder” ocurrió lo inevitable: subí el volumen al máximo mientras los vidrios de la ventana de mi cuarto temblaban (JURO que no miento).

“Kill For Pleasure” es thrash muy enojado, veloz, áspero e irritante. Cinco atorrantes que vomitaron diez temas en unas pocas tomas dentro de un roñoso estudio en menos de una semana.

Se suceden temas demoledores y despiadados como el que dá título al álbum con el vocalista hiper agresivo agonizando tras cada grito que pega. El resto mantiene constante la tensión y violencia, por momentos con menos énfasis hacia lo veloz pero sin sacar del todo el pie del acelerador (“Suicidal Mission”, “The Evil”, “Bloodlust”, en otros con guitarras aplastantes y vocalizaciones desgarradas (El tema que dá título al disco), o con pasajes que amenazan con hacer sangrar los tímpanos combinando todo lo anterior con aún más aceleración (“Vampire”, “Venomous Death”).

Y cierran la placa con el tema más devastador del lote (“R.I.P.”, escuchar de 0:58 a 1:11 para salir de dudas).

“Kill For Pleasure” da en el blanco impactando como bomba atómica causando la sensación de que la cabeza te va a explotar en tres mil ochocientos pedazos. La producción es totalmente mínima y acentúa todas estas características en la placa, dando por resultado un thrash metal muy irritante, corrosivo y crudo.

Mientras algunas bandas del estilo se volcaban hacia algo más elaborado, machacoso o intrincado, otras se encolumnaban tras la crudeza y velocidad en las interpretaciones, sin mayores aditivos. Blood Feast se situó en este último lote sin obtener gran reconocimiento pasando a ser una banda “de culto” entre los thrashers más entendidos.

Si te gustan Dark Angel, Possessed cruzados con el Exodus de “Bonded By Blood”, no te podés perder esta “matanza por placer”.

Calificación: 8/10

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